Si tuviésemos que acuñar un titular sobre el rol de la universidad en la vida actual sería: Las escuelas de negocio arrebatan a la universidad el dominio de la influencia.
Esto ha sucedido porque como
explicaba Rafael Argullol, La universidad se ha replegadosobre sí misma como consecuencia de un nuevo antiintelectualismo favorecido poruna sacralización del 'paper'. La
universidad no puede ni debe seguir pululando en su endogamia mientras sus
ideas, sus avances, sus académicos, sus profesores y sus mejores alumnos se
entregan a un circuito propio que le aleja del mundo actual.
El mundo actual está regido por la
inmediatez, por la superficialidad, por el trabajo en red y por la segmentación
de públicos. Sin embargo, el mundo actual premia con extraordinario entusiasmo las
buenas ideas y las adopta con decisión. De hecho, los grandes proyectos y las
grandes ideas que han revolucionado el mundo durante los últimos veinte años
han surgido de entornos universitarios que han sabido cultivar la excelencia
con paciencia. De tal modo lo han hecho, que a posteriori de sus hallazgos, el
mundo empresarial y los grandes mecenas han puesto sus ojos en ellas asegurando
ingresos, influencia y reconocimiento global.
Son ejemplos alentadores, pero
lamentablemente son pocos. Las escuelas de negocio han sido sin embargo
eficaces fast followers de las universidades
tradicionales. Su éxito se debe a que han sabido gestionar bien dos
características de nuestra sociedad actual: el trabajo en red y la
superficialidad. Por ello convirtieron el desarrollo del network en una de sus señas de identidad y los papers respaldados y financiados por empresas en su verdadera
herramienta para influir, para erigirse en los expertos de los asuntos de
actualidad.
¿Pero son estas dos variables algo
que pueden generar también las universidades? Sí. Las universidades cuentan con
el potencial para desarrollar ambos atributos ¿Tienen las universidades
potencial adicional y herramientas alternativas para volver a recuperar la
influencia que perdieron? Sí. Las universidades cuentan con el talento real y
potencial así como el ADN para desarrollar una labor de mayor impacto,
atracción de recursos y para ganar relevancia en el mundo actual.
Pero, si el entorno académico cuenta
con ese panel de recursos ¿qué tiene que hacer para ocupar una posición de
mayor relevancia? Los entornos académicos:
1) deben redefinir los circuitos en los que colocar sus
mejores trabajos de investigación
2) deben conocer y ordenar el mapa de relaciones y priorizar
sus contactos para ganar en relevancia
3) deben entrar de lleno en la agenda informativa de los
medios de comunicación
4) deben desarrollar más y mejor marketing para generar appealing
5) deben sacar sus mejores investigaciones de los circuitos
endogámicos y situarlos en la agenda de publicaciones que realmente influyen
6) deben adaptarse a las dinámicas del mundo actual.
El Instituto de ComunicaciónAcadémica (ICA) ayuda a las universidades y a los entornos académicos a
situarse en los circuitos de influencia, a redefinir sus prioridades para ganar
en relevancia, eficacia, prestigio, desarrollo, influencia y difusión.
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